Cuando estás en busca de tu primer trabajo, obviamente no vas a tener experiencia laboral, por algo es tu primer trabajo, pero no digas mentiras por intentar impresionar al empleador. No solo hablamos de habilidades técnicas, también de habilidades blandas, no digas que eres una persona a la que le gusta trabajar en equipo, cuando en realidad no es de tu agrado o no quieras verte mejor diciendo que eres un excelente líder, cuando no tienes esa habilidad. Por más de que te hayan contratado y te salgas con la tuya, durante el proceso es fácil darse cuenta como realmente eres. Lo mismo para con las habilidades duras, no inventes cosas que no son, porque todo el mundo tiene puntos débiles y si no sobre sales en algo, en otra cosa si lo harás. 

La entrevista de trabajo es para hablar de ti, de lo que haces, de cómo eres, donde estudiaste, etc. Pero existe una línea muy delgada entre hablar de ti y llegar a ser egocéntrico. Cuenta tu experiencia laboral, tus metas, tus sueños, pero no seas presumido. Al fin y al cabo, a la empresa le interesa lo que tienes para ofrecer, como profesional y como personas, enfócate en demostrar todas las habilidades que posees. 

Es obvio que las personas buscan un trabajo para obtener una remuneración económica, pero en la entrevista, no te enfoques en eso. Recuerda, cuando terminen de hablar de lo importante respecto al trabajo, el empleador te hará conocer cuál será tu salario y si estás de acuerdo. Por otro lado, tampoco preguntes sobre las vacaciones, aún no te contrataron y ya estás pensando en el descanso.  

Claro está, que al final de la entrevista te preguntarán si no tienes alguna duda y a pesar de que todo te haya quedado claro, haz una pregunta, por más sencilla que sea, eso demostrará que estas realmente interesado.  

Conclusión